enseñar para qué


ENSEÑAR PARA QUÉ
Desde que los griegos de los siglos V y IV aC activaran su paideia (su educación para los que han de ser ciudadanos), y seguramente desde antes y en otros lugares a los que nuestra ciencia de la Historia no ha llegado, ha resultado socialmente conveniente que los que saben más, porque han acumulado más experiencias y han tenido más tiempo para reflexionar sobre ellas, se sitúen frente (o entre: mayéutica) los que tienen menos conocimientos, y hagan por poner a disposición de la sociedad tales conocimientos basados en esas experiencias y reflexiones. Eso ha sido y es enseñanza, educación, pedagogía, magisterio, docencia... Es una técnica (tekné), no es una ciencia (episteme). No va buscando la comprensión tanto como la acción y el aprovechamiento de unos recursos, en este caso los recursos y los capitales humanos. Hay desde entonces, desde los antiguos griegos, un debate sobre la justificación de aquella paideia: Enseñar, educar, impartir docencia... para qué. Responder de una forma o de otra define la pedagogía de la que se trate en cada caso. El que lleva este blog, profesor en activo de Secundaria, tiene el convencimiento de que lo suyo (lo mío) es enseñar para no resignarnos a este estado de cosas que nos anonada como personas humanas que somos. No es la razón la que gobierna el mundo. Y la enseñanza debería allanar el camino para que esto acabara sucediendo algún día en alguna parte, empezando, tal vez, por el mundo que nos pille más cerca.

miércoles, 10 de marzo de 2010

MARZO DE 2010: VAN A RETIRAR Y A MEJORAR EL PROGRAMA DE MEJORA Y CALIDAD DE LOS RENDIMIENTOS EDUCATIVOS.

A lo largo de este escrito hago referencia a tres fuentes informativas que a continuación detallo y vinculo por si a algún lector le interesara comprobarlas o conocerlas. Helas aquí:




Noticia en El País, de 3 de marzo de 2010:

http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Educacion/cambiara/Programa/calidad/fracaso/institutos/elpepiespand/20100303elpand_5/Tes

Noticia en El País, de 6 de marzo de 2010:

http://www.elpais.com/articulo/andalucia/CC/OO/reclama/Educacion/extienda/incentivos/elpepiespand/20100306elpand_15/Tes

Noticia en Andalucía Educa, de 7 de marzo de 2010:

http://www.andaluciaeduca.com/actualidad/vernoticia.php?id=28300


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Doña María del Mar Moreno, en su calidad de consejera de Educación de la Junta de Andalucía , manifestó el pasado día 2 de marzo en una comparecencia ante algunos medios de difusión y propaganda de esta Comunidad que, ante la acogida (más bien mala) que ha tenido el Programa de Calidad y Mejora de los Rendimientos Escolares (PCM), están planteándose en la Consejería de Educación su ‘reforma’ o su ‘replanteamiento’ (El País, 3 de marzo: el vínculo para leer la noticia en prensa está más arriba). Dado que la noticia nos llega por la transcripción de un periodista que asiste a una sesión informativa tras un Consejo de Gobierno de la Junta en el que la noticia estrella es otra (la dotación millonaria para un Centro de Investigación en Ingeniería del Parque Científico Cartuja 93), y dado que al parecer ninguno de los informantes se percata de la importancia del anuncio no le hacen más preguntas a la Consejera sobre este particular, la cosa queda, informativamente, ahí.

Qué pena que entre aquellos informadores no hubiera un corresponsal para temas de Educación que hubiera sabido hacerle las preguntas pertinentes. Porque el tema es de un interés enorme para un sector muy amplio de profesionales constituido por todos aquellos que hemos dicho que no a siete mil euros por barba o por escote a pesar del rigor recesionista de los tiempos que corren y de lo escaso de nuestra paga. Pero la noticia se amplia en algunos medios cuando a los tres días de este pronunciamiento de la Consejera el responsable de Educación en Andalucía del sindicato Comisiones Obreras, pillado, como todo el sindicato en Andalucía a propósito de este particular, con el culo al aire se ve obligado a hacer una serie de declaraciones, manifestaciones y regurgitaciones con las que esta corporación sindical, que ha decepcionado profundamente a una masa importante de afiliados al presentarse en su día como uno de los principales, sino el principal, valedor de este PCM, pretende ahora salir al paso del rechazo de este PCM por parte de esa mayoría de profesores que han identificado (y a lo mejor no es por que seamos tontos ni aviesos) este Programa como una maniobra más bien indecorosa que se propone —y si no se lo propone no hace nada por evitar que esto pueda ocurrir— falsear los datos referentes a nuestra realidad educacional, al tiempo que han registrado y sufrido tal Programa como una agresión institucional al mantenimiento de unos presupuestos deontológicos mínimos desde su castigada parte.

2

Antes de seguir quisiera hacer la siguiente precisión: mis respetos para todos aquellos profesores, maestros en su mayoría a juzgar por los datos a los que referiré posteriormente, que una vez presentado el PCM (siete mil euros por conseguir unos cambios en los resultados del trabajo docente de cada cual que puedan expresarse en unas estadísticas: aumento de aprobados, aumento de la nota media, disminución de la tasas de repetidores, ‘satisfacción’ … de los padres, y otras), optaron en su momento por decir que sí al Programa y, consecuentemente, han cobrado ya parte de esos siete mil euros. Mi respeto más absoluto por más que sea irrefutable que son, precisamente, los profesores que peor pagados están los que más pronta y resueltamente se han acogido al Programa. Y qué quieren: si, por meternos en otro programa más (y hay tantos y tantos y tantos …) esta vez nos van a pasar unos euros, pues nos metemos. ¿O es que le íbamos a decir que no solamente a éste que suponía un aumento de sueldo durante unos años? Esto es lo que muchos compañeros manifestaron en su momento para explicar o justificar su aceptación y su suscripción al Programa de marras. Y yo insisto en que no tengo nada que objetar, que lo comprendo y que encuentro tal postura absolutamente legítima desde cualquier punto de vista. Faltaría más. De la misma forma que no tengo ningún problema en reconocer que en su momento hube de pensar bastante mi postura ya que formaba parte de un Centro en el que un voto podía decidir si el Programa se aceptaba o se dejaba de aceptar (no se aceptó). Ahora bien, de la misma forma que no tengo nada que objetarle a los compañeros que dijeron que sí a este Programa ‘de Mejora’ (el PCM) reclamo también un respeto y una consideración para todos aquellos Centros y profesores –más del 75% de los Institutos de Secundaria en toda Andalucía— que en su momento le hemos dicho y redicho que no por otras razones que también reclamamos como respetables. ¿Vale?

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Esas razones no las voy a pormenorizar una vez más (las mías están en otras páginas de este blog: ver índice). Ya están dichas y redichas, y constituyen para muchos de nosotros una parte importante de nuestro bagaje deontológico. Tales razones, que podrían afirmarse más bien como una actitud y como una práctica o una manera de vivir la profesión, se han expresado en esta ocasión en el 77% de los centros de Secundaria con un claro ‘no queremos siete mil euros por coadyuvar en lo que podría constituir una operación de falseamiento de nuestra realidad cara a la sociedad’. Actitud y práctica éstas que parten del previo convencimiento de que no encontrarán en nosotros los profesores ni tampoco el grado de calidad con el que pueda quedar referido o significado nuestro trabajo —a veces nos sale mejor, otras veces peor, como seguro que le pasará al mismo Rey— la explicación de que el fracaso se haya instalado en el centro de nuestro sistema educacional afirmándose ya con una patología crónica. Y entonces no queremos los siete mil euros. ¿Qué hubiera pasado si nos hubieran ofrecido 70.000 en vez de 7.000? Pues que el PCM hubiera salido para adelante, evidentemente. Pero ahí quien hubiera cometido la fechoría no hubiéramos sido nosotros, los que aceptaríamos tal cifra a cambio de tan indecente contrapartida, sino esos mismos que han intentado este engaño presupuestando muy por debajo el precio —que no el valor— de nuestra connivencia: todos tenemos un precio, desde luego, pero a lo mejor no salimos tan baratos como lo tenía previsto el enterado que haya concebido semejante Programa.

Sin embargo no es a la Junta, que ha intentado forzar con este malhadado Programa una salida a la crisis educacional que padecemos, ni tampoco a los profesores que han dicho que sí o que no, o a los que han dicho que sí “aunque ya sabemos que es que no”, a este Programa a los que quiero dedicar las líneas que restan, sino a los sindicatos y muy especialmente a cé-cé / ó- ó (sindicato trabajador), ‘mi’ sindicato. El sindicato que coadyuvó, impulsó y llegó a presentar este Programa casi como si de una conquista para este colectivo se tratara y que dedicó no pocas líneas e incluso publicaciones oficiales monográficas a cantar las excelencias de esta auténtica mamarrachada de Programa. Bueno, pues ahora dice Comisiones que si el Programa ha fallado es porque había que aplicarlo a todos los Centros y no solamente a aquellos que aprueben su inscripción al mismo por una mayoría de dos tercios; dice también que la prueba de que el Programa no ha sido tan mal acogido es que la mayoría del censo de profesores de la Comunidad (40000 sobre 66000) lo ha aprobado mediante la correspondiente subscripción personal de los profesores al mismo. Sin embargo omite la cada vez más amarilla corporación sindical que en esos 40000 están indistintamente incluidos los maestros y los profesores de secundaria, es decir colectivos distintos con muy distintas razones para decir que sí o que no al Programa, y también que frente al 48% de centros acogidos al Programa —colegios e institutos de secundaria— está el 77% de Institutos de Secundaria y Bachillerato que lo han rechazado. Tampoco parece que estén muy dados a reconocer que el subscribirse o dejarse de subscribir al Programa no es un referéndum sobre la moralidad o la efectividad del mismo, sino el resultado de una incalificable coacción de la administración y de los sindicatos asistentes sobre el colectivo de los profesores. Que ha respondido como ha respondido.

4

Hay ya una comisión de técnicos y cargos de la Consejería analizando datos referibles a los efectos detectables a los tres años del ‘lanzamiento’ del Programa. El secretario general de Enseñanza de CCOO en Andalucía, un señor que se llama igual que José Blanco y que seguramente se parecerá al tal en más cosas que en su nombre, ha dicho también que ‘lo que ha fallado’ (tiene bemoles escuchar cómo un sindicato ‘trabajador’ defiende negocios de este tipo: da su poquito de vergüenza) es que han habido ‘fallos en la explicación’ del PCM cara a los profesores. Qué tremenda inconsecuencia y qué falta de respeto, oiga. Falta de información sí que ha podido haber en muchos colegios y en algunos institutos en los que este Programa se ha aprobado sencillamente porque lo ha recomendado el equipo directivo con argumentos tan irrefutables como el siguiente: “Es otro programa más que nos van a meter, pero en esta ocasión nos van a soltar unos dineros, y se nos va a quedar según dicen mejor la paga para la jubilación. Habrá que rellenar más papeles, pero total, ya estamos acostumbrados. Así que, venga, vamos a votarlo. ¿Hay alguien que esté en contra?”. Así fue cómo se hizo en un IES de Málaga en el que el Programa salió aprobado y cuyo nombre omito por razones que supongo entenderán los que estas líneas estén leyendo, y mucho me temo que este caso puede ser bastante representativo. Sin embargo en los IES y colegios públicos en los que el Programa ha sido rechazado no faltaba, en absoluto, información. En tales casos han habido debates largos y bastante profundos en los que se han oído razones y explicaciones en uno y en otro sentido, se han constituido comisiones de compañeros que se han informado y han expuesto sus conclusiones en claustro, escritos en prensa, foros en portales dedicados a la enseñanza, etc, etc. Si ha habido falta de información ha sido en el sentido contrario: ni la Consejería ni sus corporaciones sindicales asistentes han querido informarse de las razones contrarias, razonadamente contrarias, a su Programa que expresábamos muchos de los que no lo teníamos tan claro, y han preferido ignorarlas o vincularlas a contestaciones trasnochadas o maximalistas provenientes de ciertos medios que no son representativos (como las del sindicato ‘independiente’ APIA).

4 (segunda parte)

Bueno, así es como están las cosas. La Consejería afirma ahora que su intención es la de mejorar el Programa de Mejora en lo que respecta a su implantación y a su extensión a los demás centros, pero que el Programa "va a seguir en todos sus fundamentos y su filosofía en modo alguno desaparecerá" (noticia de M. PLANELLES - Sevilla - 06/03/2010). Qué mala noticia. Y, por otra parte, qué insólita: el PCM tenía una filosofía y unos fundamentos. ¿Y por qué no se hacen públicos? Pero me refiero a sus verdaderos principios y no a las hueras e insustanciales soflamas con las que el Programa se presentó en su día. A mí me parece que, en todo caso, tales principios han de ser incompatibles, a juzgar por los efectos prácticos que se siguen de sus actualizaciones, con los que se expresan en el preámbulo y en los principios y finalidades que se contemplan en la LOE, ya que el Programa es segregacionista y contrario al principio de igualdad de oportunidades, como ya mostré en su momento en este mismo blog (ver índice). Mas parece que ahora alguien se ha dado cuenta de que, efectivamente, el hecho de que este Programa esté ya activo —premiando a unos y castigando-desincentivando a los más— está implicando en la práctica que determinados medios y recursos estén llegando a unos centros con preferencia a otros, y eso —pero sólo eso, por el momento— lo van a arreglar. ¿Tardarán mucho en darse cuenta de que el Programa no es sostenible en su totalidad sin lesionar derechos fundamentales? ¿Tardarán mucho en retirarlo en su totalidad y pedir perdón por los daños ocasionados? Escuché al señor Cano, actual viceconsejero de Educación —exconsejero y una de las inteligencias que han perpetrado este Programa— en una comparecencia celebrada en Málaga al inicio del segundo trimestre del curso 2008/09 ante un grupo de cargos y técnicos de la provincia, comparecencia en la que hubo de escuchar no pocas reconvenciones al Programa, decir al final de la misma que ‘respetaban a todos aquellos que habían dicho que no al Programa’. Pues menos mal, porque el remate del tomate sería que, además de desincentivados, los que procedemos como profesores sin querer recibir propinas por intentar cumplir con nuestras obligaciones lo mejor que podemos y sabemos (eso sí sin querer jugar al juego de falsear la realidad en la que actuamos), fuéramos despreciados.

5

Y para finalizar una idea que les brindo interesadamente —es que soy parte— a los técnicos y cargos que estén preparando ese informe trienal sobre los efectos del PCM, que supongo tendrán que tener listo para junio. Si quieren ustedes empaparse sobre las razones que han podido llevar a profesores y Centros de Secundaria (77%) a rechazar el PCM hagan una recopilación-muestreo y sometan a una atenta lectura las páginas de los libros de actas en las que se hayan recogido las sesiones claustrales convocadas al efecto de la discusión de esta cuestión. Si tal cosa hicieran talvez podrían apercibirse de dos cosas distintas e informativamente complementarias, a saber, que la falta de información o de explicaciones (también desde la parte de los que defendieron la legitimidad y bondad del Programa) no se dieron en los casos en los que el Programa fue rechazado, y que en la mayoría de estos casos ese rechazo seguramente tuvo más bien que ver con la sutil persistencia en el ánimo de muchos de sus potenciales ejecutores de esa cosa que algunos, perdón, que muchos (77%), seguimos llamando decencia, palabra ésta que no aparece en la letra ni está en el espíritu del Programa de Calidad y Mejora de los Rendimientos Educativos, ni en el actual ni en el mejorado. Porque es que este 'Programa de Mejora' es palmariamente inmejorable, por impeorable.

Málaga, 10/03/2010.

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