enseñar para qué


ENSEÑAR PARA QUÉ
Desde que los griegos de los siglos V y IV aC activaran su paideia (su educación para los que han de ser ciudadanos), y seguramente desde antes y en otros lugares a los que nuestra ciencia de la Historia no ha llegado, ha resultado socialmente conveniente que los que saben más, porque han acumulado más experiencias y han tenido más tiempo para reflexionar sobre ellas, se sitúen frente (o entre: mayéutica) los que tienen menos conocimientos, y hagan por poner a disposición de la sociedad tales conocimientos basados en esas experiencias y reflexiones. Eso ha sido y es enseñanza, educación, pedagogía, magisterio, docencia... Es una técnica (tekné), no es una ciencia (episteme). No va buscando la comprensión tanto como la acción y el aprovechamiento de unos recursos, en este caso los recursos y los capitales humanos. Hay desde entonces, desde los antiguos griegos, un debate sobre la justificación de aquella paideia: Enseñar, educar, impartir docencia... para qué. Responder de una forma o de otra define la pedagogía de la que se trate en cada caso. El que lleva este blog, profesor en activo de Secundaria, tiene el convencimiento de que lo suyo (lo mío) es enseñar para no resignarnos a este estado de cosas que nos anonada como personas humanas que somos. No es la razón la que gobierna el mundo. Y la enseñanza debería allanar el camino para que esto acabara sucediendo algún día en alguna parte, empezando, tal vez, por el mundo que nos pille más cerca.

domingo, 8 de marzo de 2009

¿QUIÉNES TEMEN A LA FILOSOFÍA?

INSISTIMOS: ¿QUIÉNES TEMEN A LA FILOSOFÍA?
(escrito en mayo de 2005)

(De cuando la LOE era un proyecto en el que la Filosofía aparecía como una materia bastante disminuida. Escrito en mayo de 2005, a un año de la aprobación de la LOE; este texto fue referencia en algunos de los foros celebrados en torno a esta penúltima reforma del sistema educativo, y fue también un motivo más del movimiento antirreforma en lo tocante a la disminución de horas y asignaturas 'filosóficas' en el bachillerato. La materia de 'Educación para la Ciudadanía' no estaba aún más que proyectada).


Al margen del marasmo que supone la actual situación de las enseñanzas secundarias en lo tocante a la normatividad o legalidad general u orgánica en la que se fundamenta el actual ‘sistema educativo’ (lo entrecomillo porque no estoy seguro de que exista como tal); al margen del desastre material en el que nos movemos en los centros de enseñanza pública de titularidad estatatal-autonómica en Andalucía (hacinamiento, distintos tipos de violencia social que afloran por doquier, insuficiencia de medios, existencia de figuras administrativas y ‘supra-académicas’ absolutamente injustificadas e inoperantes, como lo son algunas asesorías técnicas, bastantes departamentos ministeriales y autonómicos, y los Centros de Profesores tal como ahora se los concibe); saltándonos también por encima las situaciones de privilegio sostenidas con fondos públicos que disfrutan centros concertados que se presentan como colegios privados o de élite -y como tal se administran, capítulo de admisión de alumnos incluidos- cuando lo más cierto es que forman parte de la red de centros públicos; y cansado ya de tanto marginar y tanto saltar, voy a centrarme sobre el actual debate a propósito de un aspecto del proyecto de la LOE que afecta al colectivo profesional al que pertenezco, que es el de los profesores de Filosofía de Enseñanzas Secundarias (Bachillerato y ESO).

En lo que respecta a la Filosofía el proyecto de la LOE prevé una superación en un sentido negativo del actual currículo para las enseñanzas secundarias. Este currículo aun vigente, en sus aspectos más esenciales, determina que la Filosofía es materia común para alumnos de los dos cursos de Bachillerato y en cualquiera de sus modalidades, bachilleratos artísticos excluidos. De la misma forma este ordenamiento aún vigente establece una asignatura de ‘Ética’ que ha de impartirse en 4º de ESO. En la práctica este mismo ordenamiento, el que aún vige, establece la existencia de una Filosofía I, que consiste en una introducción a la terminología y a las problemáticas filosóficas; y una Filosofía II, que por su parte consiste en un acercamiento a la historia de los distintos sistemas o doctrinas filosóficas que se han ido afirmando como más relevantes para nuestro acervo cultural y filosófico. Hasta el momento era la Historia de la Filosofía, que se trabaja en 2º curso de Bachillerato, una de las partes previstas del examen de selectividad como materia obligatoria para todos los alumnos, conjuntamente con la Lengua Española. El proyecto presentado por el grupo parlamentario del PSOE prevé la desaparición de estas dos asignaturas (Filosofía I y II) para el bachillerato, e igualmente, la desaparición de la única asignatura de la ESO que, al margen de su potencial aspecto educativo ‘en los valores’ podía entenderse como una primera aproximación de los alumnos de la ESO al universo de la reflexión filosófica. Una asignatura que, curiosamente, estaba y está perfectamente titulada: Vida moral y reflexión ética llamábase, y aún se sigue llamando, aunque le quede poco, según parece.

Según prevé el proyecto-LOE el curso común de Filosofía pasará a ser solo uno proponiéndose, como contrapartida, la aparición en el currículo del bachillerato de una macro asignatura imposible de tratar en la práctica y en la que se le darán a los alumnos noticias terminológicas, temáticas y de historia de sistemas o doctrinas al mismo tiempo. Es perfectamente previsible que capítulos enteros del actual currículo tan interesantes para la formación del alumno como pudieran ser los de Lógica formal, reflexión Estética, o los dedicados a los criterios de verificabilidad, estudio de los métodos, y otros, caigan fuera del ámbito curricular definitivamente. Por su parte la asignatura de Ética-4º de ESO (Vida moral ....) se transformará en una especie de Formación para el Espíritu Ciudadano u otra fórmula por el estilo, que tendrá, según parece, continuidad en el Bachillerato. Está propuesta la nominación de una Educación para la Ciudadanía, o no sé cuál otro título altisonante que nos recordará, inevitablemente a la franquista Formación para el Espíritu Nacional. De la misma forma se prevé que parte de las horas perdidas para la reflexión filosófica en el bachillerato se inviertan en esa Formación o Educación del Espíritu Ciudadano.

La pregunta que me hago, como profesor de Filosofía que soy y vengo siendo desde el 81/82, es la siguiente ¿Por qué quiere este gobierno dedicar menos horas para que el alumno se suelte en el ejercicio del rigor reflexivo y del libre pensamiento? Totalmente de acuerdo con Fernando Savater (de quien tomo el título que él desechó para titular su artículo¿Adiós a la Filosofía? El País, 19 de mayo de 2005) en que la reflexión crítica no es patrimonio de ninguna asignatura. Pero no menos de acuerdo con este mismo colega cuando afirma que es en el marco y en las franjas horarias de estas asignaturas nominalmente tituladas como filosóficas en donde estas prácticas, la de la reflexión crítica y el pensamiento libre se canalizan y se inscriben en el contexto de una práctica y de una tradición pedagógica consolidada. Mas ¿Por qué quiere este gobierno dificultar o neutralizar este aprendizaje? Porque es que podía haber hecho lo contrario, si es que en su ánimo hubiera estado mantenerlo o incentivarlo: podría haber aumentado la horquilla de horas asignadas en el bachillerato a la Filosofía I y II, cuya insuficiencia se constata curso a curso; podría también haber propuesto la obligatoriedad de estudiar esta materia en el Bachillerato Artístico, que sería la única posibilidad para que estos alumnos conocieran sobre la reflexión estética desde una perspectiva integradora; y podría haber aumentado la asignación horaria para la reflexión Ética en la segunda etapa de la ESO, que también resulta insuficiente. Sin embargo no parece que este gobierno esté por la labor. Y es cierto que sorprende que sea un gobierno que se reclama ‘de izquierdas’ el que está dispuesto a perpetrar tamaño desafuero. Puede colegirse de esta predisposición palmariamente antifilosófica que estos responsables políticos prefieren legislar con más proclividad hacia la conformación, la obediencia y la corrección política, que para la reflexión crítica, el rigor y la libertad de pensamiento. Actitud ésta, por cierto, perfectamente legítima, desde el momento en que piensan responsabilizarse de su mantenimiento (si tal cosa perpetraran), por supuesto. Perfectamente legítima, y de una horma netamente derechista.

Preguntado por distintos colectivos de alumnos de Facultades de Filosofía y de profesores, y por otros sectores y medios que han manifestado su preocupación por este evidente rigor filoficida del anteproyecto de la LOE, el secretario de Estado de Educación, un tal Alejandro Tiana, responsable destacado de esta reconversión antifilosófica, ha respondido con una salva de tantos por ciento referibles a intrincados trayectos curricurales, y de expectativas porcentuadas de pérdidas no reales para los profesores de Filosofía (que siempre podrán impartir Formación del Espíritu...); se ha referido también al hecho de que, una vez aprobada la norma, es el Ministerio quien establece el 65 % de los contenidos comunes y de la carga horaria correspondientes a los mismos, siendo las comunidades los sujetos que establecen el 55 % de los contenidos restantes... Pero bueno, señor, es que nuestra preocupación es esa precisamente: la preocupación por la norma que están ustedes proponiéndonos, por la ley que será orgánica. Ya que no es otra norma la que han de conocer los consejos escolares autonómicos ―esos mismos que solicitaron no ha mucho la suspensión de la entrada en vigor de la LOCE― y provinciales, y los del territorio MEC, que serán las instancias que regularán los contenidos y los horarios ‘reales’. Y es de esa norma general de la que ustedes piensan sustraer el principio de la obligatoriedad de cursar la asignatura en los dos cursos de Bachillerato y para cualquier modalidad del mismo; y es de esa misma norma, o Norma, de la que ustedes piensan sustraer la enseñanza de una Ética reglada para los currículos de la ESO; y es en esa misma norma en la que a ustedes ni se les ha pasado por la cabeza establecer la obligatoriedad de una formación Estética reglada para el Bachillerato artístico. Porque a ustedes, la Filosofía y sus subconjuntos, por lo visto, no les interesa. Les interesa mantener las catequesis confesionales en los centros de enseñanza, poner a los alumnos frente a opacos ordenadores, e introducir una Educación para la Ciudadanía, o como acabe llamándose esa asignatura tan potencialmente conformativa que van a meter con el calzador del ordeno y mando de espaldas al colectivo de los enseñantes. Colectivo al que nisiquiera se le ha advertido o anunciado oficialmente que estamos en el debate para ejecutar otra recontrarreforma más. El signo de ésta que viene, la LOZETAPÉ la llaman ya algunos chistosos (lo que ocurre es que a nosotros esto no nos hace mucha gracia), va a ser el de la Ley que se cargó la Filosofía en las enseñanzas secundarias. Oirán Uds. muchos aplausos por realizar esta gesta, desde luego. Pero no van a venir de los sectores sociales ni de los medios que se suponen más cercanos a los partidos que se reclaman progresistas.

Desde el IES Arroyo de la Miel. Benalmádena/Málaga.

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